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lunes, 27 de julio de 2015

INTRODUCCIÓN

POR: MELANIA CASTILLO Y EVELYN CHAQUINGA
Para referirnos a la comunicación periodísticamente dicha, debemos citar en primer lugar la llegada de la primera imprenta a la Real Audiencia de Quito. Sin duda la llegada de la primera máquina de imprenta a Quito a mediados del siglo XVIII significó una trasformación importante  dentro de la dinámica social y cultural de la urbe. El arribo de una tecnología de reproducción de textos no solo que abrió la posibilidad de “publicar” en el sentido de hacer accesible a un mayor número de lectores. Lo señala Ekkehart Keeding (2005), los primeros escritos fueron de corte religioso, aunque con el pasar de los años adquirieron un carácter secular. El 6 de octubre del 1741 mediante Real Cédula se concede licencia para el establecimiento de una imprenta en la ciudad de Quito que se encontraba a cargo de Alejandro Chávez  Coronado. 
Una fuerte excusa para lograr este gran paso en la historia de la comunicación periodística fue, que en la Universidad y colegio de los Jesuitas los estudiantes catedráticos después de leer sus trabajos los perdían, o como las propias órdenes circulares del Gobierno eran costosas y se repartían tarde, además señalaba que muchos documentos debían ser impresos en Lima lo que acrecentaba los precios y constituía una pérdida de tiempo.
 Antes de terminar el siglo XIX, la prensa ecuatoriana estaba constituida aproximadamente por 90 periódicos, en su mayoría diarios. Guayaquil era la ciudad que más órganos de prensa tenía, con un total de 40, seguido por Quito con 15, Cuenca con 8, Babahoyo con 6; Loja, Bahía, Portoviejo, Machala y Riobamba, con 4 cada una; Ambato con tres Latacunga con 2.

El periodismo en el Ecuador jugó un papel preponderante en América Latina y en el se destacan periodistas que, a pesar de la situación en la que se encontraba la profesión en esos momentos, hacían periodismo


BIBLIOGRAFÍA:         
 (BENÍTEZ, Antonio. “Los Orígenes del Periodismo en Nuestra América”.2009) 

INTERNET:
http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/4460/1/Historia%20de%20las%20ciencias%20en%20el%20Ecuador.pdf

domingo, 26 de julio de 2015

DEFENDER A LOS OPRIMIDOS Y ATACAR A LOS OPRESORES

POR: MELANIA CASTILLO
La inauguración de la república y entronización del régimen floreano supusieron una aparente libertad para difundir periódicos.

Un aspecto interesante fue que el gobierno se preocupó vivamente por tener su propio medio informativo. Habían sido difundidos varios periódicos y Juan José Flores dispuso que existiese un boletín especial. “Gaceta del Ecuador” fue el que se distribuyó con noticias oficiales. Será una época quizás la más definida en la historia (a excepción de la etapa del presidente Rafael Correa), que un gobierno se preocupa de asegurarse en propiedad la existencia de medios propios.

Con el paso del tiempo los gobiernos no fortalecieron la capacidad comunicativa del Estado, sumiéndola en dependencia absoluta frente a los medios privados.
En 1835 se publica el primer Registro Oficial bajo la responsabilidad del Ministerio de Gobierno. En 1837 aparece “Gaceta del gobierno del Ecuador”.

El régimen cayó pronto en el descrédito por muchas razones. Pero quizá algo que agitó vivamente la bandera de la oposición fue la nacionalidad del primer Presidente, su ambición desmedida, y el ejercicio autoritario y despótico del poder.

Entre tanto en el exterior Vicente Rocafuerte utilizaba la influencia cada vez mayor de los periódicos a través de artículos publicados en México (aquí publicó su famoso periódico Ocios  de españoles emigrados), Cuba, Inglaterra (El Repertorio Americano) y luego en el Ecuador. Además incentivó la enseñanza de la litografía para facilitar la edición de periódicos. Escribió profusamente en pro de la independencia americana en el periódico cubano El Argos, según el profesor Hugo Delgado Cepeda (Cepeda Delgado, 1983).

Particularmente es conocida la producción del periódico El Chihuahua de carácter satírico y jocoso, de pequeño formato (que se imprimía en una pequeña máquina traída de Lima) dirigido a combatir el gobierno de Juan José Flores. Fue fecunda la obra periodística de Rocafuerte


Juan José Flores


BIBLIOGRAFÍA:

Dr. Marco Villarruel, (capítulo II, El periodismo y 

la comunicación en la etapa republicana, pág 2-3)

LOS PRIMEROS MÁRTIRES DEL PERIODISMO ECUATORIANO

POR: KAREN VINUEZA

Escritor de fondo humanístico y periodista combatiente, fue Abelardo Moncayo, es por ello que se le atribuye la distinción de ser el “Padre del periodismo republicano”, es a su pluma que se deben los artículos más duros contra Flores.
Para entonces en 1833 actuaba un Congreso Nacional dócil en extremo al presidente Flores quien obtiene autorización para intervenir en la imprenta. “El 30 de octubre de 1833, aparecen los cadáveres de Francisco Hall, Gral. José María Sáenz (hermano de Manuelita Sáenz), Ignacio Zaldumbide, Pacífico Chiriboga, Nicolás Albán, José Conde, Camilo Echanique” 
(Hallo, 1992, pág. 59).
De ellos se dice que son los primeros grandes mártires del periodismo ecuatoriano.
Una de las razones por las que fue atacado El Quiteño Libre fue por respaldar a Vicente Rocafuerte cuando resultó electo diputado en Pichincha.

Moncayo logró escapar y fiel a su vocación periodística publicó El Viejo Chihuahua, La Linterna Mágica, El Progresista, Fray Francisco y el Padre Tarugo, El Rebenque y La Linterna Roja, a lo largo de varios años. Con estos periódicos combatiría a Flores, Urbina, Robles y Veintimilla. Fue historiador, diplomático y presidente de la Asamblea Constituyente en 1852.
En Guayaquil por la misma época aparecieron El Hombre Libre y El Colombiano (Pareja Diezcanseco, 1979, pág. 25).

El trabajo de producción impresa era todavía muy laborioso. Las palabras eran armadas de tipo en tipo. No era posible entonces insertar gráficos con facilidad. Los primeros (clisés) fueron de madera que se humedecía y destruía después de algunas impresiones. Largas planas pobladas de letras, sin atisbos de estilo periodístico, sin la ayuda de párrafos o puntos aparte, eran monótonos ejercicios de lectura.

Los textos además pretenderían ser pliegos eruditos y llenos de palabras rebuscadas. Es frecuente ver términos franceses o ingleses, así como referirse a personalidades de la política o de la literatura de ambientes europeos.

El 6 de marzo de 1845 se levantó el pueblo de Guayaquil, acontecimiento motivado por el resentimiento contra los militaristas extranjeros. Este hecho, la sucesión de Convenciones y presidentes, marcan la trayectoria del periodismo de la época. Como para rellevar este hecho, el primer periódico publicado fue el “Seis de Marzo”.

Mientras tanto en Ibarra se publicó El Imbabureño en 1850.

En Ambato se publicó El Convencional del Ecuador, en tanto que El Ecuatoriano se enfrascó en una polémica con el padre Solano lo cual fue desaprobado por Rocafuerte y la iglesia (García González, 1969).

La Gaceta del Ecuador, fue una publicación oficial de gobierno. Intereses peruanos en Guayaquil posibilitaron la publicación de El Ariete y El Chanduy.
Se suceden muchos periódicos. Sin embargo García González señala que entre 1835 y 1839 hubo letargo periodístico.

Abelardo Moncayo

















Bibliográfia:

  • PAREJA DIEZCANSECO, Alfredo, Historia de la República del Ecuador, tomo 1, ed. Corporación Eugenio Espejo por el Libro y la Cultura, Quito- Ecuador, 1974.v
  • Wilson Hallo. Síntesis Histórica de la Comunicación y el Periodismo en el Ecuador (1992)
  • Dr. Marco Villarruel, Capítulo II, El periodismo y la comunicación en la etapa republicana, pág 4-6

miércoles, 1 de julio de 2015

DISPOSICIONES LEGALES, QUE LIMITAN LA LIBRE EMISIÓN DEL PENSAMIENTO.

POR: EVELYN CHAQUINGA


El periódico El Ecuatoriano del Guayas es condenado en 1835 por el Vicario Capitular de Cuenca Mariano Vintimilla, que considera impiedad manifiesta y ataque a la religión. El clero debe abstenerse de participar de las elecciones y que sus miembros no deben ser elegidos como legisladores. Cuando Wheelwright escribe el opúsculo titulado Cuatro palabras a los sabios, donde defiende el derecho de interpretación personal de La Biblia, el dignatario eclesiástico, alarmado, ordena iniciar información sumaria en su contra.

El Quiteño Libre, uno de los primeros periódicos de tendencia liberal, cuyos redactores, unos son asesinados y otros enviados al exilio. La reacción floreana, tanto seglar como clerical, aplauden a rabiar este eficaz método de velar por “la tranquilidad pública” e imponer “el respeto debido a las autoridades constituidas”.



El Cuarto Sínodo Diocesano de Cuenca convocado por el obispo Manuel María Pólit en 1914, incluye los Estatutos Sinodales un largo capítulo denominado “De la imprenta, libros y periódicos”,  donde así mismo se prohíbe la lectura y retención de libros contrarios a la religión y se ordena la entrega a las autoridades eclesiásticas. Entre esos libros están las Biblias protestantes, los que declaré lícito el divorcio o traten de las sectas masónicas, las obras de Vigil y Loisy y todas las constantes en el índice.



BIBLIOGRAFÍA:

(ALBORNOZ, Oswaldo. “Periodista, José Peralta”. 2000 Pág 5-12)

PERIÓDICOS Y CONFLICTOS POLÍTICOS

POR: ALEJANDRA VILLOTA
La ley de imprenta de 1821 seguía vigente en la nueva Constitución de la República sin cambios de tipo sustancial. En esta primera década, la prensa funcionó de alguna manera como detonante de los problemas que enfrentaban la administración central: acusaciones de malos usos de los fondos públicos, corrupción, falta de transparencia, el papel de ciertos funcionarios públicos, incluido el propio presidente, oscuras negociaciones económicas y políticas, parecían delinear el formato del accionar periodístico durante los albores de la nación.

En la época republicana los representantes de lo nuevo, los liberales que propugnan los postulados de las revoluciones burgueses que en el siglo pasado se extienden por el mundo, convencidos de su importancia, trabajan con todas sus fuerzas, evadiendo toda clase de obstáculos, para difundir sus ideas y hacer que penetren en el pueblo.

Mientras  los conservadores, partidos del viejo orden colonial y terratenientes, tratan de impedir por cualquier medio que el credo revolucionario se propague, porque saben que eso significa el fin de su dominio.

En toda nuestra historia republicana está inmersa en esta lucha, que no pocas veces queda signada con la sangre de los portadores del ideal revolucionario.

Pero, ¿cuál es el instrumento más apropiado, el más al alcance de la mano, para divulgar en el país los principios liberales? No hay duda que el mejor, el que más frutos produce, es la propaganda escrita. Es la propaganda periodística, asequible para la comprensión del pueblo.

Los periódicos ecuatorianos y los periodistas que respaldaron a Alfaro fueron numerosos, y entre estos destacaron El Tiempo y El Grito del Pueblo.

La transmisión de las ideas no era cosa fácil en ese entonces, pues se hallaba obstaculizada por una serie de trabas, especialmente de carácter jurídico y religioso.

En la historia del país, los que vendían, publicaban o circulaban escritos condenados tenían la misma pena que el autor, ya que se prescribe, como en los tiempos de la inquisición, que todos los ejemplares sean recogidos y quemados.


Se puede calificar como impío, todo en cuanto no esté de acuerdo con los preceptos de la religión católica, es decir, todo cuanto no concuerde con La Biblia, todo lo que no coincida con las proposiciones condenadas por el Syllabus, toda disidencia con las encíclicas  papales, en fin, todo pensamiento concorde con las ideas expuestas en los libros condenados en el Índex, por más excelsos y sabios que fuesen sus autores.





BIBLIOGRAFÍA:
(ALBORNOZ, Oswaldo. “Periodista, José Peralta”. 2000)




APROXIMACIONES A LA PRENSA DE LA ÉPOCA A NIVEL REGIONAL

POR: ALEJANDRA VILLOTA Y KAREN VINUEZA
La prensa guayaquileña, empezó a consolidarse como uno de los frentes importantes en la producción de diarios, periódicos y hojas volantes. Así, tras ser proclamada la independencia de Guayaquil en 1820, el establecimiento de una imprenta en la ciudad fue una necesidad imperante para las clases políticas de la zona. Dicha quina llegó a la ciudad  gracias a las gestiones realizadas por Francisco Claudio Roca, en abril de 1821.
En Guayaquil se publicaron los siguientes periódicos:
·    El Patriota de Guayaquil 1822
·  El Republicano del Sur 1822
· El Chispero 1825
· El Impugnador justo 1825
·  El Colombiano del Guayas 1828
En la ciudad de Cuenca, la imprenta llegó a manos de Ignacio Torres en 1828, bajo la dirección del clérigo Fray Vicente Solano.
Varios periódicos se mencionan en la época de la transición a la república para la ciudad de Quito. Se señala los siguientes:
·                    El Monitor Quiteño 1825
·                    El Noticiosito 1824
·                    El Espectador Quiteño 1825
·                    El Republicano 1825
·                    El Colombiano del Ecuador 1825
·                    El Imperial 1827
·                    El Garrote 1828

Desde el 13 de septiembre de 1821 se estableció una ley de imprenta que intento legislar sobre los usos de la misma y la censura que se debía aplicar en cada caso en particular; dicha legislación se mantuvo hasta 1833, en donde se revisaron sus artículos y se consagró una nueva ley para el naciente Estado Ecuatoriano.

Sin duda, el caso de El Quiteño Libre marcó el comienzo del periodismo moderno en nuestro país. 





BIBLIOGRAFÍA:
(ALBORNOZ, Oswaldo. “Periodista, José Peralta”. 2000 Pág 5-12)
(BENÍTEZ, Antonio. “Los Orígenes del Periodismo en Nuestra América”. 2009)