POR: KAREN VINUEZA
Escritor de fondo humanístico y periodista combatiente, fue Abelardo Moncayo, es por ello que se le atribuye la distinción de ser el “Padre del periodismo
republicano”, es a su pluma que se deben los artículos más duros contra Flores.
Para
entonces en 1833 actuaba un Congreso Nacional dócil en extremo al presidente
Flores quien obtiene autorización para intervenir en la imprenta. “El 30 de
octubre de 1833, aparecen los cadáveres de Francisco Hall, Gral. José María
Sáenz (hermano de Manuelita Sáenz), Ignacio Zaldumbide, Pacífico Chiriboga,
Nicolás Albán, José Conde, Camilo Echanique”
(Hallo, 1992, pág. 59).
De ellos se dice
que son los primeros grandes mártires del periodismo ecuatoriano.
Una
de las razones por las que fue atacado El Quiteño Libre fue por respaldar a
Vicente Rocafuerte cuando resultó electo diputado en Pichincha.
Moncayo
logró escapar y fiel a su vocación periodística publicó El Viejo Chihuahua, La
Linterna Mágica, El Progresista, Fray Francisco y el Padre Tarugo, El Rebenque
y La Linterna Roja, a lo largo de varios años. Con estos periódicos combatiría
a Flores, Urbina, Robles y Veintimilla. Fue historiador, diplomático y
presidente de la Asamblea Constituyente en 1852.
En
Guayaquil por la misma época aparecieron El Hombre Libre y El Colombiano (Pareja
Diezcanseco, 1979, pág. 25).
El
trabajo de producción impresa era todavía muy laborioso. Las palabras eran
armadas de tipo en tipo. No era posible entonces insertar gráficos con
facilidad. Los primeros (clisés) fueron de madera que se humedecía y destruía
después de algunas impresiones. Largas planas pobladas de letras, sin atisbos
de estilo periodístico, sin la ayuda de párrafos o puntos aparte, eran monótonos
ejercicios de lectura.
Los
textos además pretenderían ser pliegos eruditos y llenos de palabras
rebuscadas. Es frecuente ver términos franceses o ingleses, así como referirse
a personalidades de la política o de la literatura de ambientes europeos.
El
6 de marzo de 1845 se levantó el pueblo de Guayaquil, acontecimiento motivado
por el resentimiento contra los militaristas extranjeros. Este hecho, la
sucesión de Convenciones y presidentes, marcan la trayectoria del periodismo de
la época. Como para rellevar este hecho, el primer periódico publicado fue el
“Seis de Marzo”.
Mientras
tanto en Ibarra se publicó El Imbabureño en 1850.
En
Ambato se publicó El Convencional del Ecuador, en tanto que El Ecuatoriano se
enfrascó en una polémica con el padre Solano lo cual fue desaprobado por
Rocafuerte y la iglesia (García González, 1969).
La
Gaceta del Ecuador, fue una publicación oficial de gobierno. Intereses peruanos
en Guayaquil posibilitaron la publicación de El Ariete y El Chanduy.
Se
suceden muchos periódicos. Sin embargo García González señala que entre 1835 y
1839 hubo letargo periodístico.
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Abelardo Moncayo |
Bibliográfia:
- PAREJA DIEZCANSECO, Alfredo, Historia de la República del Ecuador, tomo 1, ed. Corporación Eugenio Espejo por el Libro y la Cultura, Quito- Ecuador, 1974.v
- Wilson Hallo. Síntesis Histórica de la Comunicación y el Periodismo en el Ecuador (1992)
- Dr. Marco Villarruel, Capítulo II, El periodismo y la comunicación en la etapa republicana, pág 4-6